jueves, 19 de mayo de 2016

La cuenta atrás

Ser profesor interino en año de oposiciones es como intentar beberse el mar de un trago. Es intentar pescar ballenas con las manos, abarcar lo inabarcable.
Ponerse a estudiar una oposición para conseguir un poco de estabilidad mientras estás trabajando, viajando, atendiendo a una familia a cientos de kilómetros es meterse en la boca del lobo sabiendo que no vas a salir entero. Nos queda un mes en este agujero de temas y programaciones. 
Por mi parte no sé cómo llegaré a julio, cinco años después de que me dieran mi primera sustitución aún no he pasado un curso entero en el mismo sitio. De hecho, ahora mismo estoy esperando nuevo destino. Y eso que no puedo más, en la boca del lobo me he dejado ya mucha sangre.