domingo, 10 de noviembre de 2013

Pedir perdón



Cuando alguien pide disculpas quiere decir que esa persona ha obrado mal, ha causado un daño, un delito o tiene la culpa de algo. Y que se disculpen, que entonen un mea culpa y un “no lo volveré a hacer más” es uno de los requisitos que pone la Xunta para que el expediente sancionador abierto a Alfonso Malvido pueda llegar a solucionarse de manera positiva. 

El conflicto que mantienen la dirección del IES A Illa y la Xunta comenzó a principio de curso. Ante la imposibilidad de cuadrar los horarios por la falta de un profesor el director del centro, apoyado por el claustro y por el ANPA, tomó la decisión de retrasar el inicio de curso hasta que la plantilla estuviese completa. La idea funcionó, a las pocas horas de enterarse de que el instituto no se pondría en marcha hasta contar con todo el personal necesario, la Xunta les adjudicó el profesor que faltaba, aunque a los pocos días también les informó de que le habían abierto un expediente sancionador a Alfonso Malvido por tener la desfachatez de reclamar los medios necesarios para poder llevar a cabo el trabajo en el centro.

Está claro que con la entrada de la LOMCE y con los nuevos criterios de selección de los directores de centros, la Administración se ahorrará este tipo de problemas y será difícil que personas como Alfonso, capaces de reclamar sin tapujos los recursos que necesitan los alumnos para poder optar a una educación que cumpla los mínimos legales, puedan alcanzar los puestos directivos. La figura del director se va a profesionalizar y entre sus funciones estará la de gestionar el personal, podrán fijar requisitos y méritos para los puestos vacantes en el centro. Además, el Consejo Escolar pasará a ser un órgano consultivo, con lo cual no podrá tomar decisiones. 

Ayer, en Arousa, éramos muchos los que salimos a la calle para pedir que se retire el expediente a Alfonso, para que la Xunta sepa que la directiva del IES A Illa cuenta con el respaldo de la comunidad educativa y sobre todo, para recordarles que no se puede pedir perdón cuando no se ha cometido ninguna falta. Pensándolo bien, seguramente son ellos los que deban disculparse. 


Texto leído en la concentración de ayer en A Illa de Arousa.

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